Mosaico encontrado durante la construcción del Museum Hotel Antakya. | TNME
Era 2009 cuando la familia Asfuroğlu empezó a construir el que sería el nuevo hotel de lujo de Antioquía, a dos quilómetros del centro de la parte moderna de la ciudad. No se podían imaginar que en la zona donde se alzaría el nuevo hotel, bajo varios niveles de tierra, se encontraba el mosaico más grande del mundo descubierto hasta el momento: un suelo del siglo IV DC de 1.050 metros cuadrados . Estaba ilustrado con paneles mosaicos geométricos y se indica que era parte de un edificio público, situado al lado de unas termas.
Otra sorpresa eran las ondulaciones con las que contaba la pieza arqueológica, resultado de distintos terremotos que sacudieron a la ciudad del 526 al 528 DC. “Alrededor de 30 terremotos han sacudido Antioquía. Aunque haya colapsado todas estas veces, se ha reconstuido siempre en el mismo lugar, protegiendo el plan original de la ciudad” explica Hatice Pamir, arqueóloga y profesora de la Universidad de Hatay Mustafa Kemal.
Semire y Aziz tienen más de sesenta años y se pasean delante de la Iglesia Rum Ortodoxa de Antioquía, dedicada a San Pablo. Semire colaboraba con la institución horneando pan para el comedor social. Un año después de los terremotos que sacudieron Turquía y Siria y dejaron al menos 50.000 víctimas mortales, según fuentes oficiales, del antiguo templo cristiano solo queda en pie una de las fachadas. El patio de la iglesia está vallado y dentro se conserva el campanario, tumbado horizontalmente al lado de un pino: “Fue debajo de este árbol donde hace unas semanas celebramos una comunión y tomamos un poco de vino” cuenta Semire.
Calle Saray, zona comercial que se ubicaba al lado de la antigua iglesia ortodoxa. | Alper Şener @alpersenerfilm
La iglesia forma parte del barrio antiguo de Antioquía, una de las zonas más afectadas de toda la región que sacudió los terremotos del 6 de febrero de 2023. Un año después se han retirado los escombros, dejando lugar a parcelas vacías y esqueletos de viviendas. Todos los edificios históricos están vallados, a la espera de la restauración, que se dirigirá desde el Ministerio de Cultura y de Turismo.
Aziz explica que las obras en la iglesia van a empezar dentro de dos meses, pero se calcula que la ciudad antigua no estará completamente reconstruida hasta dentro de 10 años: “Verlo de este modo duele mucho, pero necesitas venir por el vínculo que tienes. Esto era el cielo, era muy bonito y tenía mucha vida, de día y de noche. Por aquí pasaba una de las calles más concurridas. Todo el mundo iba a pie. Nosotros vivíamos aquí al lado, con nuestros hijos, pero ahora todos se han ido”. De once personas de su familia, en Antioquía ahora mismo solo viven dos. La pareja se ha ido a Altınözü, a la zona rural, pero se aburren y vuelven a pasear por la parte antigua siempre que pueden.
Suleyman también es de Antioquía, tiene 55 años y desde los seísmos trabaja de albañil restaurando los edificios dañados que aún siguen en pie: “Si viajas por el mundo no puedes encontrar ningún lugar como Antioquía”. La primera iglesia cristiana, San Pedro, se ubica en una cueva de la ciudad; también la primera mezquita de los musulmanes de Anatolia, Habib al-Najjar; la calle Kurtuluş se conoce como la primera iluminada del mundo; y han convivido históricamente sunnís, alevís, cristianos, judíos y armenios. “Todo el mundo vive como hermanos, nadie interfiere con nadie. No puedes encontrar esto en ningún otro lugar de Turquía. Es la ciudad de las civilizaciones” añade Suleyman.
Fotografías de Antioquía en 1890, 1898, 1900, 1936, 1944, 1950 y 1952. | TNME
Antioquía fue construida el 300 AC por Seléuco I, en nombre de su padre, Antíoco I. Fue la capital del imperio Seléucida, que se extendía de Samarcanda, al este, hasta Sardes, al oeste. Durante el Imperio Romano, se convirtió en el centro administrativo de la provincia de Siria y en una de las tres metrópolis más importantes de ese período. Con una ubicación clave, comercializaba con Mesopotamia e Irán, Egipto, Alepo, Damasco, Jerusalén y con la meseta Anatolia. De hecho, la vida en la ciudad antigua ha continuado de forma ininterrumpida desde la época helenística, pasando por la romana, omeya, bizantina, cruzada, selyúcida, mameluca y otomana, hasta la actualidad.
Aunque la arquitectura ha ido variando según las influencias del momento, el plano original de la ciudad se ha respetado, reconstruyendo otra vez sobre la misma zona colapsada, formando así una ciudad con múltiples capas. La continuación del asentamiento es importante por la riqueza histórica y cultural con la que cuenta Antioquía, ya que es la forma de preservar la memoria de la ciudad, pero también puede aumentar el riesgo en caso de terremoto, cuenta la arqueóloga Hatice Pamir: “El estado físico de las capas superpuestas puede aumentar su vulnerabilidad, ya que la base está formada por materiales de pósito y de antiguos edificios colapsados, material que es más débil”. Además, la mezcla de edificios históricos de épocas tan diferentes provoca que los edificios actúen de forma distinta entre ellos durante los sismos.
Después del terremoto del 6 de febrero, un equipo de expertos multidisciplinares de distintas universidades turcas empezó a elaborar un documento especificando todos los daños provocados en la ciudad y analizando los puntos a tener en cuenta para una reconstrucción respetuosa. Escriben la importancia de estudiar el terreno desde vertientes distintas para evitar una devastación de esta magnitud en un futuro: “Deberían examinarse los cambios geológicos tras los terremotos, actualizarse y ampliarse los estudios geológicos, medioambientales, paleosismológicos, geofísicos y geomorfológicos y los estudios de microzonificación, y elaborarse mapas e informes actualizados”.
El estudio se enmarca en la técnica multidisciplinar de Arqueosismología, que consiste en estudiar el pasado para conocer cómo se puede comportar el patrimonio y aplicar una prevención en caso de futuros terremotos.
Incluir la convivencia de arquitecturas propias de distintas comunidades religiosas y étnicas también es uno de los puntos centrales del estudio: “No debe olvidarse que se trata de un espacio vivo en el que continúan los derechos de propiedad de los individuos y las comunidades; debe prestarse atención al multiculturalismo; debe garantizarse la participación de los propietarios en el proceso”. El proyecto, pues, consiste en volver a reconstruir la misma estructura urbana, respetando las calles sin salida, muy características del núcleo antiguo de Antioquía.
Un poco más a la izquierda de la iglesia Rum, Mehmet, arquitecto, y Ali, albañil, descansan al lado de una casa contenedor. Son trabajadores de una empresa privada a quien el gobierno ha encargado la restauración de unos antiguos hammam, los típicos baños turcos: “Está prohibido hacer fotos. Ahora todavía estamos limpiando. Se tardará dos años en terminar con el trabajo de reconstrucción del hammam y se va a llevar a cabo con las mismas piedras” detalla Ali. Más allá de los dos trabajadores, en esa zona solo se pasean perros con el pelo manchado de marrón y gris, que rebuscan en medio de los escombros. A pocos metros se encuentra el Uzun Çarsi, el antiguo bazar, donde poco a poco la vida vuelve a retomarse entre aceitunas locales Halhalı y el famoso pastel Künefe.
Aquí tienes un mapa interactivo de los edificios históricos del centro de Antioquía – Beledna Hafıza Haritası
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